viernes, 31 de enero de 2014

Vale la pena: Ese otro placer llamado "Charol y Sazón"

Chapinero. Como algo extraordinario en este raro inicio de año, amaneció soleado, calientico. La excusa perfecta para comer una delicia criolla. 

Después de una decepcionante bandeja paisa en Medellín, acudo a lo que se está convirtiendo en una tradición entre mis compañeros de trabajo y yo: Bandeja paisa en el restaurante llamado "Charol y sazón" los viernes. 

No, no es un restaurante de comida típica. No, no se especializan en algún tipo de comida en particular. No, no hay que reservar. 

"Charol y Sazón" es un almorzadero de corrientazos común y corriente que queda a un par de cuadras de mi lugar de trabajo en donde todos los días al medio día asisten a almorzar a un módico precio trabajadores del sector. Se ven desde encorbatados y entaconadas que se sientan en la mesa a rajar de su jefe mientras comen, comerciantes que se alimentan solos porque los agarró la hora del almuerzo por acá, universitarios oriundos de otras regiones que ven en este lugar una rápida solución para salir de esta comida, hasta nosotros: publicistas (ojo, COPIES. Este lugar no le llega a los tobillos a las ejecutivas) y diseñadores que tenemos callo en el estómago de tanta pizza y hamburguesa nocturna y que gracias a eso, podemos aguantar lo que sea. 

En fin. Hoy es viernes. Día de bandeja paisa. Todos los viernes lo son, no hay pierde. En este lugar que queda cerca del semáforo de la 4a con 65, venden una bandeja paisa que está más que bien para su precio: Tan solo 8.500 pesos. Leyó bien, 8.500 pesos por un plato colmado de proteínas y carbohidratos. Lo que nos gusta ¿no?

La bandeja paisa de este lugar le daría envidia a algunos otros lugares (¿Cierto Mondongo's?): Fríjoles con garra en la justa cantidad, arroz (exageran un poco en la cantidad), un buen pedazo de chicharrón, una tajadita grande, aguacate, carne molida, medio chorizo, arepa que no sabe a nada y huevo. Todo esto viene acompañado de un vaso de limonada casera o el jugo del día, de acuerdo a la fruta de cosecha (que en este tipo de restaurantes se mueve entre la guayaba, el tomate de árbol y la maracuyá) y un postre al final, que por lo general es una galleta o un merenguito de tienda. 

¿Su precio? Como lo dije anteriormente: 8.500 pesos. Sale satisfecho su estómago y su billetera. Asegurado. 

Y si usted va con una de esas personas que se niegan a atender el llamado de los espíritus criollos, en este lugar cuentan con una segunda opción de plato o un menú light. Así que no hay excusas para no ir si usted está cerca. Y con permiso, voy a prepararme psicológicamente para lo que se me viene pierna arriba o mejor, estómago abajo. 


Conclusión:
Aguanta y mucho. La relación calidad-precio está desproporcionada. Se recibe mucho por un precio bajo.
Calificación: 
4.4/5 

Precios:
8.500 (Incluye vaso de limonada)
Ubicación:
Carrera 4a con 65. Justo antes de llegar al semáforo, sobre la acera de la izquierda. No es un restaurante lindo, así que gente refinada y pseudorefinada, abstenerse de ir a este lugar. 


Bandeja paisa "Charol y Sazón"


Ubicación


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