viernes, 25 de julio de 2014

¡Eh ave maría pues, que cosa buena! Ese otro placer criollo llamado "La gloria de Gloria"

Hasta hace medio año, en Diciembre del año pasado para ser más exactos, tuve la oportunidad de ir por primera vez a Medellín. Una ciudad que hasta antes de esa fecha, no consideraba un destino turístico. ¿Y por qué? La verdad no tengo ni la más remota idea del por qué... tal vez era porque en la mente de uno, vacaciones significa playa, sol, el vendedor ambulante promocionando "la gafa", el coctel de camarón y ostras para quedar "Directv", la trencita, el masaje, la carpa cara, la cerveza carísima, los taxis a cachaquímetro y los elevados precios de los hoteles de ciudades como Cartagena o Santa Marta... Aclaro, no es por hablar mal de ese par de ciudades que me encantan (además de que una de esas me vio nacer y allí viven muchos buenos amigos), sino porque esas ciudades figuran como las más turísticas del país y desafortunadamente son implacables -en términos económicos- con los turistas

Bueno, decidimos en ese Diciembre ir a Medellín con mi esposa y con mi hijo. Tomamos nuestro carro, cargamos un par de cosas, y previa reserva en un hotel muy bueno a un precio aún mejor, arrancamos por tierra a la ciudad de la eterna primavera. 

Viajar por tierra es delicioso. Oír buena música por un largo periodo de tiempo, comprar frutas y chucherías en la vía, desayunar donde hayan muchas tractomulas o simplemente disfrutar de los increíbles paisajes de nuestro país, son algunas de las actividades que definitivamente hacen de este tipo de viajes una experiencia inolvidables (Sin contar el dinero que se ahorra uno, ¿no?)

Bueno, volvamos a enfocarnos en lo que nos importa: La comida. En ese Diciembre, pregunté en mis redes sociales por un buen lugar para comer la siempre clásica y deliciosa "Bandeja Paisa". Entre varias recomendaciones, escogimos ir a un sitio llamado "Mondongo's", más que todo por lo cerca que quedaba a nuestro hotel, con tan mala suerte que esa experiencia no resultó ser algo memorable. Dentro de esas recomendaciones, tres personas (Sergio Rincón, Marcela González y Bernardo Borráez) nos aconsejaron pasar por un sitio llamado "La gloria de Gloria" en Envigado. Que el chicharrón allí era una vaina de locos, que los frijoles esto, que la morcilla aquello... Qué ciego fui al no hacerles caso, pero la vida es tan bonita que siempre nos da revancha. 

Hace una semana volví a Medellín con mi esposa. Ahhhh, bella ciudad. ¡Qué clima, qué gente, qué amabilidad, qué sazón, qué buena ciudad! Tienen toda la razón al decirle "La ciudad de la eterna primavera". Esta vez la experiencia gastronómica tenía que ser completa y sin dudarlo dos veces, fui donde Doña Gloria a comerme la tan anhelada Bandeja Paisa. Esta fue toda una experiencia...

Llegamos al lugar fácilmente (Gracias Waze, no sé que haría sin tí) y pues el carro uno lo puede parquear ahí al ladito, entonces; fácil. El lugar no es nada elegante, pero si muy típico y la amabilidad de las personas es impresionante. Adentro del lugar, hay bastantes cuadros en los cuales aparecen recortes, fotografías y muchos reconocimientos para Doña Gloria por sus chicharrones y frijoles. Eso, sin duda alguna es una gran señal. Nos atendió Doña Gloria en persona, ¿ah? ¡Qué honor! Ella misma nos dio sus recomendaciones y nos aconsejó (Muy sabiamente, se nota que sabe de su negocio) que no pidiéramos dos bandejas completas, sino dos sopas y un seco... que con eso iba a ser suficiente. Además, nos dijo que nos iba a traer chicharrón, arepas y morcillas. Yo me dejé llevar de esta gran señora tan sabrosa homeeee. 

Nos empezó a llegar nuestro pedido. Primero nos llevaron arepitas paisas, de las que no saben a nada pero que mezcladas con el hogao que también llevaron, quedaban increíbles. Luego llegaron dos platos de unos frijoles caldudos con garra, un plato de seco que tenía arroz, huevo, carne, plátano maduro, ensalada y ¿papas fritas? Además, en otro plato nos llevaron morcillas y arepas fritas. También nos llegó un plato con un chicharrón, de un tamaño que lo juro, nunca había visto uno tan grande. Y además de eso, un par de vasos de aguadepanela helada, la bebida ideal.

Qué cosa tan salvajemente deliciosa. Se nota el amor que le meten a cada plato. No soy muy amigo de las sopas caldudas, pero esta en particular tenía muy buen sabor. Además de eso, con ese gran chicharrón, lo piqué y se lo eché a la sopa para darle aún más sabor. Todo eso acompañado del seco era la mezcla ideal. La morcilla buenísima, el hogao delicioso, las arepas fritas muy ricas y pues bueno, siendo tan grande ese chicharrón, alcanzaba para comer con limoncito y todo... 

Por último, a alguien se le ocurrió decirle a esta señora -en tono de broma- que qué pasaba con la atención porque ya no repartían aguardiente... Pues si señoras y señores, sin ningún reparo y con ese desparpajo paisa tan característico, saco media de aguardiente antioqueño y empezó a repartir a diestra y siniestra. Paréntesis: Fuimos con algo de guayabo porque el día anterior nos fuimos de fiesta... ¡Y qué fiesta! Cierro paréntesis. En un primer ofrecimiento me negué - grandísimo error - pero con Doña Gloria es imposible. Se lo tiene que tomar, sí o sí, no hay campo para las negativas. Y después vino una copa más, y otra, y otra... Terminé igual que como cuando llegamos la madrugada anterior al hotel para volver a tener guayabo a las 6 de la tarde... Pero valió la pena. 

¡Y ojo! La frijolada no es el único plato que venden allí. Venden muchos, desde sancocho hasta costillas de cerdo. ¡Se me hace agua la boca de solo pensar a qué sabrá todo eso!

Al final, salimos felices. Barriga llenísima, corazón contentísimo e hígado... no tanto. Volvería con los ojos cerrados y desde ya, este lugar se convierte en mi lugar favorito para comer frijoles y chicharrón. Muchas gracias Doña Gloria, efectivamente este lugar es la gloria. 

Conclusión:
Triple uffff. Increíble. No hay palabras para describir lo bueno de este lugar.
Calificación: 
5/5 

Precios:
Un chicharrón de T-rex, dos plataos de frijoles con garra, un seco (suficiente para dos), dos morcillas, 4 arepas, hogao, aguadepenela, una Coca - Cola 350 y una borrachera express: 40.000 pesos
Ubicación:
En Envigado. No tengo ni las más remota idea de cómo llegamos. Todo se lo debemos a Waze. Pero por si las dudas, búsquelo en Tripadvisor. Calle 37s con carrera 35.


Restaurante


Fríjoles


"Seco"


Chicharrón (Ojo al tamaño y al salero como referencia)


Morcilla y arepa



Reconocimientos



Reconocimientos




No hay comentarios.:

Publicar un comentario