lunes, 4 de agosto de 2014

Para comerse unas 100 de un solo "viajao"... Las empanadas de "El Reverbero"

Bueno, y como dije en mi anterior entrada, hace unos días llegué de Medellín encantado de esa ciudad y obviamente no podía quedarme con las ganas de comer empanadas ¿no?

Anna Palacio, mi jefa y paisísima a morir me recomendó un lugar en donde venden unas empanadas buenísimas... ¿Eso dicen todos, no? Pero bueeeeno, el beneficio de la duda siempre existirá por que en temas de empanadas aún no hay nada escrito, pero si muchas sorpresas por descubrir. Este caso fue uno de esos...

Después de averiguaciones que Anna hizo con la típica tía de todas las familias y de darme las coordenadas para llegar, nos aventuramos el último día de estadía en la Bella Villa para desayunar allí y coger carretera de regreso a Bogotá con todas las energías empanaderas recargadas. 

Muy cerca al parque Lleras, casi al frente de la Parroquia de la Divina Eucaristía, está este sitio llamado "El Reverbero". Es muy fácil de llegar, solo que las indicaciones no se las daré porque no tengo ni la más remota idea de como ubicarlos, pero con el mapa que al final de esta entrada les pondré, debería ser fácil llegar al sitio. 


Esta zona de Medellín es encantadora. Esta llena de restaurantes y almacenes increíblemente bonitos y con muchas cosas bastantes curiosas. Hay una gran oferta gastronómica en el lugar y lo mejor de todo es que el clima ayuda muchísimo para que usted pueda disfrutar de cualquier plato, coctel o bebida en una mesa afuera en la acera, algo que acá en Bogotá es prácticamente imposible. Además de todo, está lo suficientemente alejado del ruido del parque Lleras, pero nada lejos de la acción. 


Llegamos a este lugar recomendado por Anna y nos recibió una señora demasiado paisa. Divinamente paisa. Algo que tienen las personas de esta región es ese don de "gentes", que con su acento tan cantaito, lo que hacen es como hipnotizar a las personas. El caso es que esta señora se nos sentó y nos hizo conversación suficiente para amenizar nuestro desayuno y poco a poco íbamos pidiendo más y más empanadas... ya creo entender el éxito en los negocios de esta cultura... Poco a poco lo van encarretando a uno y al final, uno no sabe como decirles que no a nada... En fin...

Probamos estas empanaditas... ellos la llaman "empanadita de iglesia" e imagino que la razón es que son fáciles de comer y siempre están listas a las afueras de cualquier iglesia para ser consumidas por los fieles feligreses... Son pequeñitas y adictivas, así que si va a ir, vaya preparado.

El relleno es de solo papa criolla, pero no por esa razón significa que sean flojas de sabor, pues adoban muy bien ese relleno y quedan muy muy ricas acompañadas de ají dulce o picante... El tamaño, como lo dije anteriormente, lo invitan a comer y comer y comer y comer y nunca detenerse, así que todo depende de su fuerza de voluntad. Están recién fritas, así que el tema de la frescura es un punto a favor. Hay gran variedad de salsas y entre estas está el ají dulce... una delicia para el paladar. Y por último, el local es muy limpio y agradable, con unas sillitas afueras que invitan a acompañar al increíble clima de Medellín con unas empanaditas deliciosas. En conclusión, definitivamente repetiría. 

Y con estas empanadas nos despedimos de esta bella ciudad. Satisfechos, pues todas nuestras experiencias gastronómicas nos dejaron completamente felices y obvio, con muchas ganas de volver pues esta es una ciudad que realmente enamora. 

Conclusión:
Deliciosas y adictivas. 
Calificación:
4.7/5

Precios:
700 la empanada
También venden bandejas de empanaditas congeladas para llevar. Yo traje para Bogotá. 
Ubicación:
Al frente de un Éxito Express que queda al lado de la Iglesia de la Divina Eucaristía. Muy cerca de la avenida Primavera, cerca al Parque Lleras. (No se que otra indicación dar)


Tamaño


Relleno


Local


Ají picante



Ají dulce



Otros productos


Salsas


Local


Ubicación


viernes, 25 de julio de 2014

¡Eh ave maría pues, que cosa buena! Ese otro placer criollo llamado "La gloria de Gloria"

Hasta hace medio año, en Diciembre del año pasado para ser más exactos, tuve la oportunidad de ir por primera vez a Medellín. Una ciudad que hasta antes de esa fecha, no consideraba un destino turístico. ¿Y por qué? La verdad no tengo ni la más remota idea del por qué... tal vez era porque en la mente de uno, vacaciones significa playa, sol, el vendedor ambulante promocionando "la gafa", el coctel de camarón y ostras para quedar "Directv", la trencita, el masaje, la carpa cara, la cerveza carísima, los taxis a cachaquímetro y los elevados precios de los hoteles de ciudades como Cartagena o Santa Marta... Aclaro, no es por hablar mal de ese par de ciudades que me encantan (además de que una de esas me vio nacer y allí viven muchos buenos amigos), sino porque esas ciudades figuran como las más turísticas del país y desafortunadamente son implacables -en términos económicos- con los turistas

Bueno, decidimos en ese Diciembre ir a Medellín con mi esposa y con mi hijo. Tomamos nuestro carro, cargamos un par de cosas, y previa reserva en un hotel muy bueno a un precio aún mejor, arrancamos por tierra a la ciudad de la eterna primavera. 

Viajar por tierra es delicioso. Oír buena música por un largo periodo de tiempo, comprar frutas y chucherías en la vía, desayunar donde hayan muchas tractomulas o simplemente disfrutar de los increíbles paisajes de nuestro país, son algunas de las actividades que definitivamente hacen de este tipo de viajes una experiencia inolvidables (Sin contar el dinero que se ahorra uno, ¿no?)

Bueno, volvamos a enfocarnos en lo que nos importa: La comida. En ese Diciembre, pregunté en mis redes sociales por un buen lugar para comer la siempre clásica y deliciosa "Bandeja Paisa". Entre varias recomendaciones, escogimos ir a un sitio llamado "Mondongo's", más que todo por lo cerca que quedaba a nuestro hotel, con tan mala suerte que esa experiencia no resultó ser algo memorable. Dentro de esas recomendaciones, tres personas (Sergio Rincón, Marcela González y Bernardo Borráez) nos aconsejaron pasar por un sitio llamado "La gloria de Gloria" en Envigado. Que el chicharrón allí era una vaina de locos, que los frijoles esto, que la morcilla aquello... Qué ciego fui al no hacerles caso, pero la vida es tan bonita que siempre nos da revancha. 

Hace una semana volví a Medellín con mi esposa. Ahhhh, bella ciudad. ¡Qué clima, qué gente, qué amabilidad, qué sazón, qué buena ciudad! Tienen toda la razón al decirle "La ciudad de la eterna primavera". Esta vez la experiencia gastronómica tenía que ser completa y sin dudarlo dos veces, fui donde Doña Gloria a comerme la tan anhelada Bandeja Paisa. Esta fue toda una experiencia...

Llegamos al lugar fácilmente (Gracias Waze, no sé que haría sin tí) y pues el carro uno lo puede parquear ahí al ladito, entonces; fácil. El lugar no es nada elegante, pero si muy típico y la amabilidad de las personas es impresionante. Adentro del lugar, hay bastantes cuadros en los cuales aparecen recortes, fotografías y muchos reconocimientos para Doña Gloria por sus chicharrones y frijoles. Eso, sin duda alguna es una gran señal. Nos atendió Doña Gloria en persona, ¿ah? ¡Qué honor! Ella misma nos dio sus recomendaciones y nos aconsejó (Muy sabiamente, se nota que sabe de su negocio) que no pidiéramos dos bandejas completas, sino dos sopas y un seco... que con eso iba a ser suficiente. Además, nos dijo que nos iba a traer chicharrón, arepas y morcillas. Yo me dejé llevar de esta gran señora tan sabrosa homeeee. 

Nos empezó a llegar nuestro pedido. Primero nos llevaron arepitas paisas, de las que no saben a nada pero que mezcladas con el hogao que también llevaron, quedaban increíbles. Luego llegaron dos platos de unos frijoles caldudos con garra, un plato de seco que tenía arroz, huevo, carne, plátano maduro, ensalada y ¿papas fritas? Además, en otro plato nos llevaron morcillas y arepas fritas. También nos llegó un plato con un chicharrón, de un tamaño que lo juro, nunca había visto uno tan grande. Y además de eso, un par de vasos de aguadepanela helada, la bebida ideal.

Qué cosa tan salvajemente deliciosa. Se nota el amor que le meten a cada plato. No soy muy amigo de las sopas caldudas, pero esta en particular tenía muy buen sabor. Además de eso, con ese gran chicharrón, lo piqué y se lo eché a la sopa para darle aún más sabor. Todo eso acompañado del seco era la mezcla ideal. La morcilla buenísima, el hogao delicioso, las arepas fritas muy ricas y pues bueno, siendo tan grande ese chicharrón, alcanzaba para comer con limoncito y todo... 

Por último, a alguien se le ocurrió decirle a esta señora -en tono de broma- que qué pasaba con la atención porque ya no repartían aguardiente... Pues si señoras y señores, sin ningún reparo y con ese desparpajo paisa tan característico, saco media de aguardiente antioqueño y empezó a repartir a diestra y siniestra. Paréntesis: Fuimos con algo de guayabo porque el día anterior nos fuimos de fiesta... ¡Y qué fiesta! Cierro paréntesis. En un primer ofrecimiento me negué - grandísimo error - pero con Doña Gloria es imposible. Se lo tiene que tomar, sí o sí, no hay campo para las negativas. Y después vino una copa más, y otra, y otra... Terminé igual que como cuando llegamos la madrugada anterior al hotel para volver a tener guayabo a las 6 de la tarde... Pero valió la pena. 

¡Y ojo! La frijolada no es el único plato que venden allí. Venden muchos, desde sancocho hasta costillas de cerdo. ¡Se me hace agua la boca de solo pensar a qué sabrá todo eso!

Al final, salimos felices. Barriga llenísima, corazón contentísimo e hígado... no tanto. Volvería con los ojos cerrados y desde ya, este lugar se convierte en mi lugar favorito para comer frijoles y chicharrón. Muchas gracias Doña Gloria, efectivamente este lugar es la gloria. 

Conclusión:
Triple uffff. Increíble. No hay palabras para describir lo bueno de este lugar.
Calificación: 
5/5 

Precios:
Un chicharrón de T-rex, dos plataos de frijoles con garra, un seco (suficiente para dos), dos morcillas, 4 arepas, hogao, aguadepenela, una Coca - Cola 350 y una borrachera express: 40.000 pesos
Ubicación:
En Envigado. No tengo ni las más remota idea de cómo llegamos. Todo se lo debemos a Waze. Pero por si las dudas, búsquelo en Tripadvisor. Calle 37s con carrera 35.


Restaurante


Fríjoles


"Seco"


Chicharrón (Ojo al tamaño y al salero como referencia)


Morcilla y arepa



Reconocimientos



Reconocimientos




lunes, 21 de julio de 2014

Una buena experiencia: La empanada de "Empanadas Vallunas, La caleñita"

Domingo 13 de Julio. 10 de la mañana. A tan solo 4 horas de la final del mundial. La emoción se estaba apoderando de mí y necesitaba calmarme de alguna manera. ¿La solución? Empanadas. Lo siento, esa es mi valeriana. 

Recordé una recomendación de @ponkymaria de unas empanadas caleñas que venden en la calle 100 con carrera 50 y decidí que era el día para probarlas. Una de mis reglas dicta que si el lugar está acompañado de alguno de los gentilicios caleño, caleña, valluno, o que tenga apellidos como "del valle" y que se esté refiriendo a esta región de nuestro país, hay que entrar pues existe una alta probabilidad de que la comida allí sea deliciosa. Por eso no lo dudé dos veces. 

Llegar allí es muy fácil. Si va en carro bajando el puente de la 100 con autopista sentido oriente-occidente, llegue hasta la estación de servicio Terpel y voltee a mano derecha. Allí justa al ladito, está el local. Un señor tendrá afuera todos sus instrumentos para fritar todas estas delicias del valle. 

La atención es buena y uno sabe por el acento del señor que atiende que efectivamente estos productos tienen la firma del Pacífico. Venden una variada cantidad de productos: Empanadas, papas rellenas, marranitas, aborrajados, pasteles de yuca y bueno... no me acuerdo que más, pero con lo que acabé de nombrar se puede hacer una fiesta llena de aceite, ¿O no? Yo me fui con un par de empanadas, una papa rellena y una marranita. Mi esposa pidió un aborrajado, así que tuve la oportunidad de probar casi todo lo de este lugar, lo que me permite hablar de todo con más seguridad. 

Las empanadas son muy ricas. Son frescas y fritas al instante y hay una variedad aceptable de acompañantes. La grasa es la reglamentaria y el precio va de acuerdo al tamaño y a la comodidad del lugar. Usted paga lo justo por un buen producto. Valen la pena. 

Las papas rellenas... Este producto es tan único que es uno de mis favoritos. Es una exageración y esto solo podía salir de la cabeza de un colombiano. Un bulto de puré de papá, rellena de carne, huevo, arroz y quién sabe que más cosas además de... ¡Frita! Una delicia difícil de comer pero que bien vale la pena arriesgarse a hacerlo. Muy rica. 

Las marranitas son bolitas de plátano verde fritas rellenas de mucho chicharrón. Nunca las había probado y francamente, me encantaron. Eso desde que tenga chicharrón ya tiene el éxito garantizado en mi. 

Y bueno, los aborrajados son deliciosos. El plátano maduro siempre hace de las suyas y nunca decepcionará. ¡Delicias del valle, ve!

Al final, quedé satisfecho y mis nervios bajaron. Siempre es que una buena dosis de harina, carne y aceite hacen lo suyo, no? Si me preguntan, volvería encantado pues la comida y la atención es muy buena. Y con esto, le di el cierre que merecía este mundial. 


Conclusión:
Mucha variedad y muy rico de sabor todo.
Calificación: 
4.6/5 

Precios:
Las empanadas valen 1.500. El resto, creo que vale todo 2.000.
Ubicación:
Bajando la 100 sentido oriente-occidente, se voltea a mano derecha por la 50 (Por una estación Terpel) y justo al lado está el local. 

Local


Marranitas



Empanadas



Relleno



Salsas



Papa rellena



Marranitas


Relleno marranitas


Mostrador



Producto fresco



Ubicación






viernes, 11 de julio de 2014

Para PROFESIONALES. Ese otro placer criollo llamado "Las cazuelas de la abuela Rosa"

Soy de aquellos que tienen que comer bandeja paisa cuando es ofrecida en un restaurante. Siento que cuando leo esas dos palabras en la carta, el restaurante me está retando... es como si me estuviera diciendo: - Lo reto a ver si es tan buena muela como dice ser y cómase mi bandeja paisa...

Si hicieran una escena de ese momento, sería algo así...



Bueno, yo soy el Marty McFly de las bandejas paisas. Es un reto del cual siempre había salido bien librado... hasta hoy. 

Mis compañeros de oficina me habían hablado de este lugar como lo último en guaracha. Me decían constantemente que acá vendían esos placeres criollos a los cuales nadie se le puede negar. Ajiaco, mondongo, frijoladas, carnes, pescados, cazuelas... Acá uno puede hacer un recorrido gastronómico por toda Colombia sin ningún problema. 

Me dijeron en horas de la mañana que no desayunara... que no llenara mi estómago con nada porque lo que se me venía pierna arriba no era cualquier bolero... Señores, esto acá es heavy metal. 

Miré la carta con bastante sobradez... Pedí la bandeja paisa grande, no la pequeña. Mis compañeros abrieron los ojos y me miraron sorprendidos. Yo con bastante soberbia los miraba con ojos de "pobres mortales". El pez muere por la boca...

Llegó a mi puesto algo sin precedentes en mi vida de crítico gastronómico de pacotilla. Un plato que más que plato parecía una bandeja de esas de buffet. Viendo ese plato con todo lo que una buena bandeja debe llevar, mi mente empezó a jugarme una mala pasada y un poco de susto se apoderó de mi ser. Esto señoras y señores, era algo que nunca antes había visto. 

Empecé a comer de a poquitos. Masticando bien la comida para no llenarme rápido. El líquido tenía que ser dosificado de tal manera que no me llenara. Los elementos grasos del plato, solo hasta el final pues es lo que más llena. Seguí todas las reglas del manual del buen comer criollo. 

De sabor es increíble. El chicharrón no tiene explicación alguna; es una vaina buenísima: tostado en su punto, carnudo, justo en la sal... Lo fríjoles no se imaginan y el plátano, madurito en su punto. No tiene debilidad esta bandeja paisa. 

Comí, comí y comí... seguí comiendo... no paraba de comer... me faltaba muy poco para acabar cuando... 

EL HORROR... 

Supe que no iba a poder terminar; mi frente estaba sudando, veía un poco borroso, sentí mareo y remordimiento. De repente, una depresión se empezó a apoderar de mi, tuve que parar y finalmente aceptar lo inaceptable para mi: Fui derrotado. No pude darle un final feliz a este manjar. En el plato quedó chicharrón, la arepa, algo de fríjoles, arroz y mi dignidad. 

Y bueno, llevo hasta el momento dos sal de frutas y tres copas de aguardiente. No ha funcionado nada. 

El veredicto:

Las cazuelas de la abuela Rosa  1  :  0  Mauricio


Conclusión:
La bandeja paisa es para profesionales, pero hay platos para simples mortales incapaces y gallinas como yo. :(
Calificación: 
5/5 

Precios:
Varía según plato. La bandeja paisa grande cuesta 17.000. Vale cada centavo.
Ubicación:
Bajando por la calle 59, apenas pasando la 9na. A mano derecha encuentra el lugar. 


Restaurante


Bandeja paisa


Los chicharrones son del tamaño de un iPhone. Saque cuentas. 


Carta








Ubicación






lunes, 7 de julio de 2014

El día que una empanada no me alegró: La empanada de "Empanadas La Cima"

Trabajo en Chapinero alto y si no voy en bici, mi medio de transporte por excelencia es Transmilenio. Muchos dirán que es muy lleno, que es lo peor, que esto y que aquello... Bueno, debo decir que me parece una maravilla el servicio ya que afortunadamente para mi, la ruta que me sirve solo la recorre los biarticulados, además de que siempre que llega a la estación donde empieza mi recorrido, va vacío... así que por lo menos para mi, funciona perfectamente y encantado, dejo de lado los interminables trancones bogotanos. 

Y es gracias a este método de transporte que ahora utilizo, que he vuelto a disfrutar todas las rarezas que Bogotá tiene para ofrecer: Vendedores que se suben a Transmilenio a vender. Cantantes de rap que para que, improvisan muy bien. He visto al doble de Falcao yendo a trabajar. Gente extraña. Locales extraños. Carteles extraños... Mejor dicho, Bogotá definitivamente es una maravilla. Por si acaso, mi usuario de Instagram es a_como_a_mil. Sígame, ahí de vez en cuando pongo foticos de las rarezas que veo con el hashtag #Colombianodeapie. A continuación, algunas de esas cosas particulares:











Recapitulemos. El recorrido de mi bus pasa siempre por la esquina de la calle 69 con 14 y allí hay 17 letras que se roban toda mi atención: "Empanadas de la Cima". Tenía que ir. 

Sábado de depresión post partido de nuestra selección, algo que solo puede medio arreglar una empanada (si, desafortunadamente el guayabo del sabernos eliminados era tan grande que ni una empanada podía arreglarlo al 100%). Fuimos a este lugar porque de esta marca había visto un par de locales, así que pues algo deben de tener bueno para ya ser una cadena. Llegamos allá e hicimos un pedido inicial: 1 empanada de carne para cada uno.

Inicialmente, pintaba buena la vaina. Se veían frescas y de buen tamaño. El relleno era papa criolla y carne desmechada, seguía pintando bueno el asunto. Habían una buena cantidad de salsas, lo que muy probablemente le iba a aportar al sabor. En resumen este lugar tenía mucho futuro hasta el primer mordisco...

Una empanada bastante regular de calidad. El relleno era arenoso y el sabor no era rico. Se sentían como empanadas crudas por dentro y sin sal. Una experiencia para olvidar porque la verdad, no tengo mucho más para decir de ellas.

Estas empanadas serán de esas que voy a borrar de mi disco duro y solo habrá registro por este blog. No fuimos capaces de pedir una segunda, porque ni para el beneficio de la duda nos alcanzó. Ni siquiera la buena oferta de salsas camufló el mal producto. Al final, mi guayabo de hincha de la Selección quedó peor que antes. Triste, sin la barriga llena y sin el corazón contento, nos fuimos a seguir llorando la eliminación del equipo más alegre del Mundial pero con la esperanza de que seguro volveremos a la máxima cita mundialista en Rusia 2018 y de que la próxima vez, encontraremos un sitio de empanadas que nos saque una gran sonrisa.  


Conclusión:
No, no y no. 
Calificación:
1.5/5

Precios:
1.500 la empanada
Ubicación:
En la esquina de la calle 69 con carrera 14. Sobre la Caracas. 


Lugar:


Carta


Tamaño



Relleno


Salsas