lunes, 10 de marzo de 2014

No era lo que esperaba. La empanada de "Lechonería Edgar"

Se rompió el mito. Hoy por fin puedo dar fe de que existe la famosa empachona.

Luego de mis 15 minutos de fama y de expresada mi frustración al no haber podido probar la empanada rellena de lechona, recibí de parte de varias personas información de lugares donde la vendían.

Uno de esos lugares queda cerca a Bulevar Niza. Contaba la leyenda que en la carrera 58 sentido norte-sur llegando al Centro Comercial Bulevar quedaba una lechonería que vendía mi pie grande, mi Yeti, mi ovni: LA EMPACHONA. Decidimos ir aprovechando este día de votaciones donde el tráfico es poco y el hambre de lechona es mucha. 

El sitio queda sobre la carrera. Si usted tiene carro, puede orillarse fácilmente y parquear. Ojo, parquee bien y no obstruya el paso peatonal, no sea así. Al llegar, usted verá un letrero que promociona el plato de lechona a 4.000 pesos y la empanada de lechona. Cuando entré al local, vi encima del mostrador una bandeja llena de empanadas. "Tienen que ser esas" fue lo primero que pensé. Mi corazón se aceleró y mi boca empezó a salivar fuertemente e inmediatamente me lancé a pedir.

Listo. Estaba ansioso por recibir el pedido. Nos sentamos afuera del lugar, me armé de ají (el de botellita, de supermercado), de servilletas y de pitillos. Cuando llegó el pedido, lo analicé rápidamente con la mirada. Era una empanada horneada, de buena tamaño y se veía fresca. Cuando la probé, todas mis sospechas eran ciertas. Horneada y fresca.

Empecé a comer y bueno... No se qué pasó. No se si es que mis expectativas estaban por el techo. Como amante de la empanada y fanático de la lechona, mi sentido común me decía que esta debía ser una combinación ganadora. Pero en esta oportunidad no fue así. Al ser una empanada horneada, la lechona que por lo general es mojadita, se había secado y lo que me había encontrado era un producto bastante seco. El arroz duro, la carne dura, la arvejita o cosita redondita que por lo general tiene la lechona... dura. No se, pero me decepcioné. Esperaba una empanada mojadita como la lechona, con el sabor rico de la lechona y con todo lo rico que supone comer una empanada. Esperaba un ají rico, diferente... o por lo menos alguna salsa como para mojar el producto. Como dije, tenía muchas expectativas y esto es lo que pasa cuando uno se ilusiona mucho... La "Lechonería Edgar" no estuvo a la altura. Claramente su fuerte es la lechona, no las empanadas. Zapatero a tus zapatos, o mejor, lechonero a tu lechona. Las empanadas déjaselas a los que saben.

Pero mi búsqueda no termina aquí. Sigo convencido que la empachona tiene que ser algo increíble. Mi sentido común me indica que nada malo puede salir de esta mezcla si se hace bien. La más recomendada hasta el momento es la de Fontibón, por algo será; mis esperanzas están depositadas en este lugar. Ya por lo menos comprobé que el producto si existe, ahora solo falta encontrar el ideal.

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Conclusión:
La lechona: Rica. 

La empachona: Decepcionante.  
Calificación:
2.5/5 para la empachona.

4.4/5 para la lechona.  

Precios:
Empachona: 1.500
Plato de lechona: 4.000
Ubicación:
Carrera 58 como con 128. 

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